23F, ENTREVISTA A MANUEL FERRÁNDIZ

Tras la entrevista del mes pasado al alcalde Francisco Burillo, este mes traemos al que fuera portavoz del Partido Comunista en Sant Joan Manuel Ferrándiz. Con cuatro concejales, el PC se convirtió en la segunda fuerza política del Ayuntamiento por detrás de UCD en aquella primera legislatura. En una distendida charla, Manolo nos contó cómo vivió aquel día:



LLOIXA: Manolo, ¿cómo viviste aquel día?

MANUEL FERRÁNDIZ: Pues aquel 23 de febrero por la tarde era fiesta en Jijona, la Fiesta de los Heladeros, y yo estaba preparándome para el alpinismo, para las expediciones previstas, y me fui por la tarde a eso de las cinco y cuarto o cinco y media a hacer footing. Iba por la carretera dirección a Santa Faz, y a la altura de lo que hoy es el Hospital, que aún no estaba construido, me vi un coche que me hacía las luces, se cruzó al otro lado de la carretera (no estaba la mediana hecha) y resultó ser mi amigo Pedro, miembro del sindicato STEPV, que me dijo: “¡Manolo! ¡Un golpe de estado, un golpe de estado… la Guardia Civil…! ¡Ponte a salvo!” Y rápidamente se marchó, con tal rapidez que casi tiene un accidente con los coches que venían correctamente en dirección contraria.

Y empecé a correr y a correr…. Creo que fue la mejor carrera que he hecho en toda mi vida. Fui asimilando lo que me había dicho, dí la vuelta por Santa Faz y regresé a San Juan. Llegué a casa de mi padre y él me dijo que, efectivamente, habían asaltado el Parlamento y que qué iba a hacer, que si iba a pasar algo…. Yo le dije que no se preocupara que no iba a pasar nada, pero yo sabía que sí que podía pasar algo… Les dije “Me’n vaig, no sé quan tornaré, tranquils, no passarà res. Ja em possaré en contacte en vosatros” Claro, entonces no había móvil.

Me fui a casa darme una ducha de agua fría (no encendí el termo ni nada). Pero es que justo antes de llegar a mi casa en la calle Alcázar de Toledo, hoy Carrer del Mercat, justo al doblar la esquina de Bancaja, resulta que veo en el portal de más abajo donde vivía un amigo mío que era Guardia Civil, un coche de la misma Guardia Civil, pero que estaba aparcado a la puerta de mi casa y había unos Guardias Civiles con sus metralletas. Claro, yo al doblar la esquina y ver aquello me dije “Ostras, han venido a por mí. Qué rápido han sabido dónde estaba”. Pero cuando ví que no venían a por mí pues subí y me duché.

Es que en aquellos años los miembros del Partido Comunista sabíamos que si había un golpe de estado, podría pasar como en Turquía, que por aquellos años fusilaron a 4.000 personas. Claro, yo era el Secretario de Organización del Partido Comunista y el Portavoz del PC en el Ayuntamiento de San Juan en el que teníamos 4 concejales (Pedro Rico que era el cabeza de lista, Carlos Picó, Manolo Giménez y yo) Y la gente no tenía animadversión hacia nosotros porque no teníamos pasado aquí en el pueblo. Éramos partidarios de la línea democrática y de reconciliación.

Posteriormente marché a ver a mi hijo que estaba en casa de mi suegra y llamé a Francisco Burillo.

LL. Don Paco afirmaba no haber recibido ninguna llamada…

MF. Pues yo le llamé... se le habrá pasado, seguramente se le habrá olvidado después de tantos años. Había programada una comisión de algo, no recuerdo. Y le dije que no iba a ir a la reunión y que pensara en disolver las posibles reuniones porque esto era un golpe de estado. Y además que avisara a la gente que pudiera sobre la posible cancelación de las reuniones.

Posteriormente fui a casa de unos amigos. Estando en una reunión con gente de la UCD, del PSOE, independientes… pues bromeaban sobre el golpe. No se esperaban algo así. Y yo muy serio, consciente de lo que podía ocurrir si la Guardia Civil daba un golpe de estado, lo expuse. Y al oir el bando de Milans del Bosch dije “¿Veis como no es para bromas?”. Uno de los que se estaban riendo se quedó muy serio.

Yo decidí salir pese al toque de queda y les dije a ellos que no salieran que si viene alguien del Ejército no tendrán miramientos, que es lo que solía ocurrir en esos casos. Fui a casa, cogí los archivos, me fui a un descampado y allí les prendí fuego.

LL. ¿Te marchaste de nuevo a casa?

MF. No, la noche fue más larga. Cogí el coche, bajé a Alicante, al Pla, por la calle San Carlos esquivando un control que había a la entrada de la ciudad y fui a casa de unos amigos dispuesto a quedarme allí toda la noche i pegar a fugir o a vore què és lo que fem. Y ya cuando escuché el mensaje del Rey ya más tranquilo decidí volver a mi casa. Estuve escuchando a José María García por la radio.

Aquí en San Juan donde estaba el bar, que ya han edificado, entré a tomarme un cubata y me encontré con unos amigos, algunos de los cuales iban buscándome. “Manolo, amaga’t” me decían. Y yo les decía que no se preocuparan, que ya tenía la retaguardia preparada.

Hubo gente de extrema derecha a los que me encontré por la calle, y uno en concreto me dijo: “Manolo, no et preocupes que a tú no te passarà res. Nosotros te avalamos. Tú eres un comunista sano…” Y yo: “De acuerdo… pero yo me voy” (risas)


LL. ¿Te pusiste en contacto con el partido?

MF. Bueno, llamé a la sede del partido en Alicante y aquello era la “desbandà”. Allí nadie sabía nada. “Ponte a salvo. Escóndete por donde puedas” me decían. Y yo pensé “Xe, pa fiar-te d’este partit, que tenen una desorganització que estan tots cagats del susto” (risas). Increíble, tú... Se supone que tendrían que haber dicho “Ché vamos a reunirnos, vamos a hacer una célula de resistencia, a reunirnos y escondernos en casa de nosequién...” No, aquí sálvese quien pueda (risas).

Y tengo anécdotas muy buenas. En Comisiones Obreras tenía un compañero que me dijo “hay que escaparse”. Dos o tres semanas después salieron publicadas unas listas en Interviú con los nombres de todos los posibles fusilados de haber triunfado el golpe. Y de San Juan éramos cuatro personas, los cuatro concejales del Partido Comunista que he citado antes.

Al día siguiente subí a trabajar a Jijona y algunos niños me trajeron un transistor: “Don Manuel, mi padre ha dicho que se quede este transistor por si se tiene que marchar corriendo”. Pero lo dijeron con buena idea. Seguramente sabrían que yo era del Partido Comunista y concejal (risas). Luego mis compañeros se reían. No se tomaron en serio aquello. Yo sí, porque sabía lo que podía pasar.

LL ¿Y de haber triunfado?

MF. Como he dicho, teníamos la retaguardia preparada. Nosotros y alguno del PSOE de San Juan. Desde la Operación Galaxia, y sobretodo desde el golpe de Turquía, yo tenía el pasaporte preparado y varios dólares guardados por si acaso. Teníamos hasta lugares donde escondernos en Alicante. De hecho realizábamos los compañeros y yo alguna reunión así ‘clandestina’ sobre el tema. No nos fiábamos de la situación, más desde la dimisión de Suárez. La idea era que si triunfaba el golpe, nosotros y algunos amigos de Comisiones Obreras marcharíamos en una barca a Argelia. Un amigacho del Campello que era pescador y Secretario Local y de Organización del Partido Comunista tenía una barca preparada para salir. De haber triunfado hubiéramos salido para Argelia, sí.

LL. ¿Hablaste con algún compañero de otro pueblo tiempo después?

MF. No, no. Yo hablé ese día con mi compañero Carlos Picó. Nos reunimos y me dijo, él que era veterano de los Pioneros Rojos, “Xe Manolo pega a fugir i amaga’t que mos fusilen” (risas).

Y en San Juan hubo una reunión de personas, buena gente, formando algo así como una Junta de Defensa Nacional que se hizo en casi todos los pueblos y se ofrecieron a la Guardia Civil como gobierno provisional. Pero menos mal que la Guardia Civil les dijo que se quedaran tranquilitos en casa que mientras no tuvieran instrucciones las cosas seguirían igual. Pero sí, aquí sí que se reunieron.

LL. Y según nos dijeron junto al Bar Carrasco se reunió un piquete de ‘otra gente’…

MF. … dispuesta para actuar, sí. Eso es cierto. Totalmente cierto.

LL. Manolo ahora las cosas, 30 años después, se ven diferentes ¿no es cierto?

MF. Sí, pero es que aquella vez se tuvo miedo. Eso te puede cambiar la vida, yo tenía 30 años y con un hijo pequeño y además pensando “Ui jo me’n tinc que anar d’Espanya”. Yo no me quedaba aquí. Yo había leído cosas, conocía la historia y sé cómo son esos golpes. Que luego pasan 6 meses y eso se acaba, sí, pero por el camino te han dado unas palizas y te han metido en la cárcel. Pues a mí no. Solución: pegar a fugir y cuando vuelvan los buenos tiempos volver a salir.

Y esa es la historia.

Publicado porAlfredo en 22:34  

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