110. CRÓNICA DEL TRANVÍA DE LA HUERTA (y 2)

Fue en 1913 cuando una compañía belga adquirió todas las líneas e instalaciones de los tranvías de mulas, para proceder a su electrificación. La Fábrica de Tabacos poseía todavía en esta año una plantilla de 2795 operarias, pero tan solo 39 trabajadores, y el puerto llamaba con su sirena, todas las mañanas, a muchos estibadores, acudiendo unos y otros de todos los alrededores de Alicante, y de su huerta y municipios próximos.

Es a principios de 1920, cuando los tranvías eléctricos comienzan a funcionar regularmente en Alicante, y el antiguo de Muchamiel o de la Huerta, recibe el número 4. Eran coches con las plataformas descubiertas en los remolques y semidescubiertas en los coches-motor. El tranvía propiamente dicho llevaba tres departamentos en su interior de 6 plazas cada uno, pero uno era de primera clase y los otros dos de clase corriente en las que el precio era igual que se se iba plantado. Los de primera costaban un 30 % más , iban separados por un semitabique de los de la otra clase, y la madera iba forrada, así como los respaldos.

Llegó nuestra Guerra Civil, e inmediatamente fue suprimida la primera clase. La empresa fue socializada, y pronto la carencia de personal masculino, que fue movilizado para cubrir los frentes, propició que la casi totalidad de puestos de cobradores, fuese cubierto por chicas jóvenes, las que pusieron una nota alegre en el servicio. Los contrapesos del trole fueron pintados de blanco y adornados con una estrella roja de cinco puntas.

Pese a todas las carencias, hay que reconocer que la empresa socializada cubrió el servicio. Claro que durante las alarmas aéreas, se cortaba el fluido eléctrico, para evitar males mayores durante los frecuentes bombardeos aéreos y alguno naval que Alicante sufría a cualquier hora del día o de la noche. Aun así los talleres de tranvías carrozaron un antiguo chasis, poniendo en circulación un coche que causó sensación; de líneas aerodinámicas, pintado de azul y blanco –los colores de Alicante- y con un interior francamente lujoso para la época, recibió el número 90, aunque este coche nunca entró en servicio en la línea 4, servida por los clásicos coches y remolques pintados de amarillo.

La línea 4, recibió diversos motes. El primer y segundo servicios, eran los de las tabaqueras y portuarios. El último, en ambos sentidos, era el de “los novios”, pero el más famoso lo fue durante la guerra, los que salían de Alicante, desde el oscurecer, para pernoctar fuera. Se llamó el de “La Columna del Miedo”.

Una triste tarde de finales de 1936, los pasajeros que iban por Vistahermosa, contemplaban el vuelo de 3 cazas militares de Rabasa, y de pronto dos de ellos chocaron en el aire y se precipitaron al suelo, más allá del Garbinet, muriendo ambos pilotos.

Acabada la guerra, los contrapesos fueron desposeídos de la estrella y repintados con los colores rojo y gualda .... Más tarde, a finales de los ’60 el creciente automovilismo y la mal interpretada modernidad, dejaron a los alicantinos sin un medio de comunicación económico y popular; hoy “caídos del burro” hay que volver a instalar lo que nunca debió de suprimirse y sí adaptarse a los nuevos tiempos y necesidades.

JAIME POMARES BERNAT

Publicado porAlfredo en 17:15  

0 comentarios:

Publicar un comentario