108. ¿FANTASMAS JUNTO A VILLA GARCÍA?

A veces, cuando uno se pone a hablar con personas que han vivido en la huerta, le cuentan cosas que no sabe como encajarlas. El relato que les vamos a contar, no lo hacemos con el ánimo de que nos lo crean a pies juntillas, de hecho, ni nosotros mismos sabemos que hacer, si creérnoslo, o no. Este, de hecho, es uno de esos hechos luctuosos, que aparecen por sorpresa. Recuerdo que cuando me contaron esta historia, ciertamente no daba crédito a lo que me estaban contando, sin embargo, con el correr de los días, reflexioné sobre ella y me dije "¿y por qué no contarla? Creo que bien podria describir el momento e incluso situaciones que se pudieron vivir en aquella época allá por los primeros años de posguerra, en el primer lustro de los años cuarenta.

Esta historia, me la contó alguien de quien voy a obviar su nombre, una mañana que paseábamos juntos y me la repuso a insistencias mías de que me contara alguna vivencia suya en dicha huerta. De hecho, le pedí que me contara algo sobre lo que más había conocido: la torre de Don Vicente o como ahora la llaman de Villa Garcia. Me dijo que aquella era una casa con una torre que no recuerda que viviera de pequeño nadie. Únicamente recuerda que viviera una mujer que decían que era medio bruja y que hablaba con los espíritus, pero aquella mujer marchó, nadie supo nunca dónde. Pero lo cierto es que aquel, pasó a ser un lugar poco o nada frecuentado por personas, por que según se decía, el lugar estaba encantado, o por lo menos se oían ruidos extraños por la noche. Alguien podrá pensar, y si no lo frecuentaba nadie, como sabían que se oían ruidos. La respuesta, es muy sencilla, el partidor de entrada de agua a la finca para regarla, por la zona norte, estaba allí y cuando tocaba riego por la noche, había que ir al lugar a esperar al martavero para tomar el agua. Lo cierto, es que cuando uno está esperando el agua, nunca se toma a la hora exacta (recuerdo las muchas veces que de pequeño iba con mi padre a tomar el agua para regar), y así las personas que iban al lugar solían encender hogueras para calentarse y cuando comenzaba a caer la noche, empezaban a escucharse ruidos: golpes, gritos, … de forma que los regantes, se iban acompañando el agua y con el vello de punta, y no precisamente por el frio de la noche.

Pero los años, pasaron y un día, el dueño de la finca, contrató a una persona venida de la Mancha, precisamente por su gran estatura y fortaleza para que labrara el campo con las vacas. Aquella persona, se vino con su familia, y se instaló en la casa con la torre indicada. Para alguien que haya visto la casa, no se explicaría que le dieran semejante mansión a un labrador. Efectivamente la construcción parece un palacete, que por tener, tiene hasta un lugar para bodega subterranea. De hecho, podemos recordar, que aquella fue antaño la casa de un capitán del Santo Oficio. La persona que me contó esta historia, me dijo que para entonces, al haber estado la casa tanto tiempo sin habitar y haberse producido la contienda civil española, ciertamente, no sabía si los ruidos, seguían produciéndose.El caso, es que esta familia, con su hija de doce años, se instalaron allí, según parece el hombre no se quejaba de nada extraño que ocurriera en aquella casa, sin embargo, al poco tiempo de estar allí viviendo, una mañana, al ir la madre a despertar a la niña, la encontró muerta. La persona que me narraba los hechos, me comentó que aquello se llenó de guardias civiles, y decían que la niña había sido encontrada estrangulada. Lo cierto es que nadie pudo acercarse a la casa hasta que toda la investigación acabó. Y los padres de la niña, marcharon a los pocos días, creía recordar que a la calle San José de Sant Joan, aunque lo cierto es que no solamente aquí, sino en todo el pueblo, no hemos encontrado a nadie con los apellidos que nos facilitó nuestro interlocutor. Quizá fue un accidente, quizá no, quizá…. Nunca sabremos qué pasó realmente, ¿o tal vez sí? ¿eran fantasmas de verdad lo que se oían en el interior de la casa? Como creemos que siempre hay que buscar alternativas, creemos que estamos en la obligación, al igual que de contarles esta historia, hablarles de una conversación que tuvimos con otra persona del pueblo, al que haciéndole mención de todo cuanto les hemos contado, nos dijo muy indignado (y citamos textualmente): Vinga home, vinga, vos ho creeu tot, això dels fantasmes, no era altra cosa que els contrabandistes que feien sorolls per a espantar a tothom. Al castell de Santa Bàrbara, també hi havia un fum de contrabandistes o fantasmes que fins i tot es tiraven un llençol pel cap per a espantar al personal, pero d’extrany res de res. A la xiqueta, qui sap què li passaria...

Y ciertamente, este segundo interlocutor, parecía estar cargado de razón, los "güendos" o fantasmas, podrían ser contrabandistas, y la niña, podría perfectamente haber muerto de muerte súbita (por poner un ejemplo). En cuanto a que muriera estrangulada, a veces, ya se sabe, las personas hablan más de la cuenta o tergiversan las cosas. ¿Qué ocurrió realmente? Esto, tal vez podríamos saberlo en los archivos de los juzgados de Alicante. Tal vez, algún día, alguien con tiempo y ganas de investigar, pueda acercarse a estos archivos y tratar de desentrañar el misterio. Hasta entonces, nos quedamos con la historia.
FRANCISCO JOSÉ RAMÓN MARTÍNEZ

Publicado porAlfredo en 17:00  

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